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Re Educarnos
El otro día estaba escuchando el programa de radio «Perros de la Calle» en Radio Metro, donde estaban entrevistando en el estudio al ministro de economía Amado Boudou.
Admito que no le presté atención todo el tiempo, pero sí me llamó mucho la atención un mensaje que dejó en el contestador telefónico una oyente, que decía algo así como: «Señor ministro de economía, trabajo de …. y hace …. meses que no me aumentan el sueldo, le pido que por favor que no tarden en tomar alguna medida para aumentar los salarios». Y ese pedido quedó rebotando en mi mente hasta el día de hoy. Me quedé pensando qué triste es la educación y el mensaje que recibimos a diario, al punto que una persona llegue a pensar que su vida depende enteramente de un político, como si viviésemos (o tuviéramos que hacerlo) en una economía centralizada. Desde el colegio, y de ahí en adelante, nos comienzan a bombardear con información errónea cuando no abiertamente falaz, de modo que llegamos a nuestra adultez pensando que nuestro salario depende de una medida u orden de un ministro, y llegamos a mayores rezando porque a los gobernantes de turno se les ocurra aumentarnos la jubilación, cuando nos obligaron toda nuestra vida a entregar gran parte de nuestro trabajo que nunca nos devuelven.
Párrafo aparte merece la actitud del ministro, sosteniendo lo mal que estaba la situación de la oyente, donde por meses no le aumentaban el salario. En un país con una economía medianamente estable, no haría falta que cada determinada cantidad de meses nos aumentaran el sueldo (si no tengo en cuenta aumentos de productividad, ni horas extras o incentivos que quieran darnos nuestros empleadores), dado que los precios en dicho mercado se mantendrían estables a lo largo del tiempo. El hecho de que Boudou haya insinuado lo injusto de la situación, es un blanqueo del proceso de inestabilidad y aumento constante de precios que vivimos y que luego falsean mediante el indec y el bombardeo desde todos los medios oficiales.
El camino es largo y difícil, pero lo importante es que nos encomendemos la tarea que da título al post. Re-educarnos, y ayudar a re-educarse a los demás. A romper con las mentiras que los planes oficiales de estudio nos inculcan a lo largo de nuestra educación formal. No importa que compartas o no nuestro punto de vista, lo principal es que te des cuenta de hasta dónde llega la manipulación y poder desprenderte de ella. Cuando estés con amigos, o en familia, en el trabajo, y alguien esgrima un argumento de este estilo, demostrale lo equivocado del razonamiento. Hacele notar lo triste de la situación, de no estar en control de nuestra propia vida. Si todos hacemos un poquito diariamente en nuestro fuero íntimo, las cosas seguramente serán diferentes. Instá a los tuyos elegir entre tomar la píldora roja o la azul, y, esperemos, terminen eligiendo la roja.
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