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La posibilidad de elegir: Aerolíneas Argentinas o Aerolíneas Argentinas

La pérdida de dos millones de dólares por día  por parte de la aerolínea estatal Aerolíneas Argentinas es un grave problema, que se puede ver en cualquier balance. Lo que no está tan visible son los efectos secundarios que implica tener una empresa estatal, como por ejemplo, las regulaciones para favorecer a la empresa estatal en perjuicio de la competencia.

La medida que prohíbe a LAN volar desde aeroparque vuelos regionales en un caso típico: 

No es fácil competir con Aerolíneas Argentinas y Austral. Y si no, que lo diga LAN Argentina. Mientras su paciencia se agotaba a la espera de una autorización para traer un avión nuevo destinado a cubrir la ruta Buenos Aires/Miami, se topó con una prohibición de volar.

El viernes pasado, el Gobierno notificó a la empresa que a partir del 1° de enero ya no podrá hacer vuelos regionales desde Aeroparque, privilegiado lugar de despegue que usan Aerolíneas, Austral, las brasileñas TAM y Gol y LAN Airlines (la compañía aérea chilena basada en Santiago) para cubrir las rutas con los destinos de América latina. Ayer se terminó de definir la estrategia y hoy LAN ya no esperará la resolución oficial: recurrirá a la Justicia para lograr que lo dejen en condiciones de igualdad con sus competidoras.

La odisea de LAN empezó hace ya varios meses, cuando la aerolínea le presentó a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) la documentación necesaria para sumar un nuevo avión a su flota. Según consta en los registros de la ANAC, el 1° de septiembre pasado la aerolínea requirió la autorización para aumentar las operaciones a Miami. «La operación se realizará con dos aeronaves Boeing 767-300 actualmente afectadas a la compañía, agregándose una nueva aeronave Boeing 767-300 con el correspondiente personal de mando y cabina argentino», dice la presentación que lleva el número 349418/11.

Esto nos deja claro tres cosas. Los efectos nocivos de las empresas estatales van mucho más allá de lo que se ve superficialmente. Las regulaciones del tráfico aéreo son para proteger a las empresas y perjudicar a los consumidores. Y por último, la única solución radica en una política de cielos abiertos y libre competencia que tiene como resultado más personas volando a un precio más bajo y con mayor comodidad.