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Tiempos difíciles

«Se vienen tiempos difíciles», puede sonar a una advertencia catastrófica, al mejor estilo Carrió. No se si debe tomarse de manera catastrófica pero es necesario prestar atención y estar alerta a las próximas acciones del gobierno.

No me gusta escribir en tono tremendista, alarmista, conspiracionista, típico de cadenas de e-mail infundadas que intenta crear miedo y pánico cuando no lo debería haber. Pero creo que en estos momentos, no expresar mi opinión respecto de lo que puede llegar a pasar sería un acto de irresponsabilidad, y de pasividad ante lo que puede venir. Lo único que espero es estar equivocado, pero leer este tipo de noticias me hace pensar eso:

«Al igual que el líder de la nación libia, hemos sido militantes políticos desde muy jóvenes, hemos abrazado ideas y convicciones muy fuertes y con un sesgo fuertemente cuestionador al status quo» CFK sobre Muammar Khadaffi

Pero el dato saliente del día fue que la cruzada se cobró sus primeras dos víctimas. Por lo menos dos presuntos «arbolitos», uno en el centro de Salta y otro en la City cordobesa, fueron detenidos con apoyo de la Policía Federal porque «quisieron escaparse cuando se les preguntó si podían justificar los fondos que llevaban para hacer la operación», relataron las mismas fuentes.

Detener a dos personas por cambiar dólares es traspasar un umbral, que hasta el momento no se había  cruzado. Es afectar directamente libertades personales en su objetivo de intentar controlar la economía. Es verdad que no existe la posibilidad de disociar la llamada libertad económica, de las libertades civiles (como si las económicas no la fueran), o derechos individuales, pero de está manera el gobierno abre una nueva etapa: avanzar directamente sobre las libertades personales como parte de su intervencionismo.

Lo describió Hayek en Camino de Servidumbre, como los gobiernos intervencionistas tienen, para mantenerse en el poder con políticas de ese tipo, ejercer un control social que termina vulnerando las libertades civiles.

Lamentablemente, desde acá sólo podemos preguntarnos dos cosas, por dónde van a empezar y qué podemos hacer para detenerlo.

Será cuestión de esperar y ver como se desenvuelven los hechos, pero, una vez más manteniéndose alerta.