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El purismo funcional al sistema

Este post se podría decir es «interno». No está pensado para quienes han llegado al sitio por un sticker en subte o similar, sino más bien para quienes ya estamos difundiendo estás ideas y hemos vivido situaciones similares a la hora difundir en conjunto o de salir a la calle. Prometo este tipo de post continuará siendo una rareza.

Llegue al liberalismo libertario por mi cuenta, nadie me acerco un libro ni me dijo esto era lo mío. Tampoco se como sucedió exactamente, un artículo en la web llevó a otro, el principio de no agresión apareció en mi pantalla, vi una consistencia ideológica que jamás había presenciado en otra filosofía política y termine siendo un liberal libertario.

Creo hoy que afortunadamente fue así, porque si fuese por parte del ambiente o «scene» liberal tal vez no hubiese llegado a estas ideas. Ya un coblogger detallo el problema en su post Los llamados «liberales» porteños, y comparto su visión, pero allí se concentra en los conservadores. Existe también otro grupo, en este caso afín ideológicamente, que sin saberlo es funcional al sistema imperante o statu quo.

Me refiero al purista con tintes casi sectarios, con quien comparto principios, pero el cual es incapaz de relacionarse en una causa compartida con quien no es «puro» como él. Usualmente esa actitud lo lleva al liberalismo de café, dado los puristas son pocos, el té con macitas en mesa para 5 resulta una opción acorde a las circunstancias.

Distingo 2 variantes. Por un lado quienes pese a compartir con otro el 95% del ideario, se concentran en el 5% restante. Usualmente están en lo cierto y el otro tal vez no sea consistente en ese 5%, pero ante ello, en vez de amistosamente intentar persuadir mostrando el porque, expresan al extremo su repudio a la persona. Poco les importa cuanto esta haya ayudado a la causa o si es un novato al cual le queda camino por recorrer, será tildado de «socialista», «facho» o similares calificativos que sirvan para exaltar la caza de brujas emprendida. Tal vez si sus habilidades para el debate fuesen también aprovechadas en combatir los autoritarismos uno podría guardar cierto respeto, pero tal cosa no siempre los motiva, debatir con quien piensa radicalmente distinto no les resulta tan interesante como el juego de las diferencias en ese 5%…

La otra variante puede sea comprendida mediante un ejemplo. El caso del libertario que teme ir a una marcha por la despenalización de la marihuana porque puede cruzarse allí con remeras del Che y, horror mediante, que lo confundan con un colectivista. O porque la marcha puede tener también entre sus muchas descripciones una que menciona la salud pública. Claro, ellos solo pueden sumarse a marchas hechas por y para libertarios (test ideológico en cuadrante superior de Nolan como ticket de admisión). Aquí también, tal vez si solo así fuese uno podría guardar cierto respeto, pero cuando existen marchas libertarias, alta pureza 100% garantizada por el espíritu de Murray Rothbard, tampoco se presentan…