Todas las drogas, todas

Dejando de un lado un poco temas económicos que viene siendo una constante las últimas semanas, me gustaría realizar algunos comentarios acerca de dos de las objeciones que más escuché contra la legalización de drogas. Muchas de estos cuestionamientos surgen de confusiones frente a la posición de legalizarlas y otras a razones mas relacionados con falsas ideas que se hace la gente ante el escenario de un mercado de drogas liberalizado.

Estos son dos de los argumentos más escuchados:

1. Solo las drogas blandas. Existen los que están parcialmente de acuerdo con la legalización de algunas drogas, algo que en una primera mirada puede parecer sensato, ya que una droga como la marihuana parece ser menos dañina que la heroína y el costo social de legalizar esta última sería muy alto. Frente a esto se puede abordar el tema desde dos puntos de vista, uno relacionado con los derechos  individuales y el otro desde un aspecto mas utilitario.
En cuanto al primero, se trata del básico principio de autopropiedad, o propiedad de uno mismo, que es el derecho base de la filosofía de la libertad. Si somos dueños de nuestros propios cuerpos, no solo somos responsables de nuestras acciones, si no que también tenemos la libertad de utilizarlo de cualquier manera pacífica, es decir nadie tiene derecho a dirigir tu plan de vida, de lo contrario renunciamos a nuestra independencia individual y quedamos a merced de autorizaciones y permisos de un grupo de iluminados. Por lo tanto, desde un punto de vista basado en los derechos de cada uno, podemos decir que se trata de la opción de consumir la sustancia que cada uno considere, y no de que sustancia poder consumir. Ya sean cigarrillos light, comunes o negros. Coca-Cola, Pepsi o guaraná. vino, cerveza o vodka. Marihuana, cocaína o heroína.

Por el otro lado, además de nuestro derecho a las drogas, desde el punto de vista utilitario, defendemos la legalización de las drogas porque se ha demostrado que la prohibición ha generado un daño enorme, y los beneficios provenientes de la misma son nulos o casi. Sobre el tema en sí escribimos acá y acá, y también recomendamos este video de Huerta de Soto que trata acerca de los beneficios que traería la prohibición en cuestiones de salud y de lucha contra el crimen organizado.

El punto está en que muchos entienden estas ventajas y las aplican correctamente al escenario de la legalización de la marihuana o las drogas blandas, en general y al mismo tiempo se olvidan de que esos beneficios son extrapolables al resto de las sustancias por una simple razón: las leyes económicas que explican el beneficio de legalizar la marihuana son aplicables al resto de las drogas, y lo mismo sucede a la inversa en el caso de la prohibición los efectos de la prohibición en las drogas, serán los mismos que los que sucedan si la prohibición es de cigarrillos, gaseosas, alcohol o vasos de cristal.

2. Son ideas radicales. Otro grupo de personas coinciden a grandes rasgos con que todas las drogas deben ser liberalizadas por alguno de los dos argumentos analizados en el punto anterior, sin embargo sus dudas nacen al momento de determinar el modo en que se implementaría una liberalización de todas  las drogas,  puntualmente alegan que sería perjudicial que de un día para otro se legalizaran todas las drogas.

Los que se oponen a la legalización repentina pierden de vista que las ideas deben aplicarse en una sociedad concreta, y solo podrán ser aplicadas cuando la sociedad se considere preparada para hacerlo, por lo que hoy en día, la legalización de todas las drogas lo veo dificil, sin embargo esto no quita que sin oponerse a un proceso gradual, el norte debe  estar puesto en la liberalización de absolutamente todas las sustancias, se trata de una cuestión meramente estratégica. No obstante, la legalización de un dia para otro de todas las drogas no me causa ningún temor por el simple hecho de que hoy en día el que quiere consumir puede hacerlo sin ningún problema debido al fracaso de la prohibición, por lo que de derogarse ésta los individuos que quieran consumir sustancias antes ilegales, lo podrán seguir haciendo, está vez comprándoles a comerciantes honestos (y no narcotraficantes estafadores) y aquellos interesados en combatir el flagelo de las drogas podrán hacerlo de manera pacífica informando acerca de los efectos perjudiciales que tienen muchas de ellas, lo que antes se negaba casi por completo porque la prohibición escondía un problema que estaba a la vista de todos.

En conclusión muchos de los miedos frente a este tema surgen de algunas concepciones erróneas sobre lo que implica la liberalización y sus efectos. La experiencia de Portugal fue parcialmente exitosa, a mi modo de ver, las despenalizaciones tímidas que liberan de costos la demanda de drogas (el consumo) pero que mantienen en el mercado negro todo el proceso de producción y comercialización constituyen un remedio peor que la enfermedad, esto no quiere decir que me oponga a una despenalización del consumo, pero para poder apreciar los beneficios de la legalización ésta debe ser total.

A propósito de este tema este sábado es la Marcha Mundial de la Marihuana, y es un primer paso para comenzar a exigir que se respeten nuestros derechos como individuos.