Qué podemos ver?

Las imposiciones de la ley de medios sobre los canales de TV ya se empiezan a vislumbrar en la pantalla. Desde hace ya un tiempo, gracias a la instrumentación de la ley, no nos confundimos más entre lo que corresponde al programa de TV que se transmite y la publicidad emitiada en los cortes. La placa de «espacio publicitario» nos advierte de que dejamos de ver el programa en cuestión, cómo si no lo podíamos diferenciar con anterioridad.

Página/12 en su edición de ayer menciona otros aspectos de la ley que deben ser cumplimentados por los canales de TV, tal es el caso de la programación infantil:

Acorde a la costumbre histórica de no atenerse demasiado a las leyes, algunos canales de TV comenzaron a retocar sus programaciones para cumplir –con demora– con la cuota de pantalla infantil que comenzó a regir desde el primer día hábil del mes. Tal como denunció Página/12 en la edición del martes, a excepción de Canal 7, las emisoras no cumplen con la resolución 474/2010, que estipula que los canales de TV abierta deben emitir tres horas de programación dedicada a niños, niñas y adolescentes, desdobladas en dos medias jornadas diarias.

[…]

Como si la resolución facultara a las emisoras de un período de varios días para adecuar sus programaciones –interesada interpretación para la cual la normativa de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) no entrega elementos posibles–, paulatinamente los canales empezaron a incorporar contenido infantil a sus pantallas.

Está nota, que en su mayor parte se dedica a «escrachar» a los canales de TV que no implementaron los requisitos de programación infantil, obligatorios a partir de la sanción de la nueva ley, deja expuesto de manera alevosa el condicionamiento del gobierno a la hora de permitir que cada canal decida que programación ofrecer al público.

De esta manera, y contrario a los que piensan algunos, no se promueve la «diversidad», la «inclusión», o cualquier otra palabra que tengan connotación positiva, la verdadera naturaleza de estos actos es netamente autoritaria. No solo porque se trata de una orden directa del gobierno a qué productos debe ofrecer cada canal, o en otras palabras, se pasa del criterio del público que convalida la programación con el rating mirando a un criterio establecido por intereses políticos, el primero guiado por las acciones voluntarias de todas las partes, el segundo impuesto por todo el aparato de la fuerza del gobierno.

Los resultados están a la vista, La cocina del 9, el programa que fue acortado para la incorporación del segmento infantil producido por el gobierno Paka Paka, promediaba 5  puntos de rating, por el otro lado  Paka Paka nunca supero los 2 puntos.

Un último comentario adicional, en el segundo párrafo, el periodista menciona los tiempos que tardan en implementarse la nueva ley, no dudo que podría haber mencionado en el medio en el que trabaja como se toma una decisión empresaria (que a veces puede llevar tiempo en ser implementada)  porque en el diario que trabaja, hace mucho se dejaron de tomar decisiones empresarias ya que sobreviven, en su mayor parte, gracias a la publicidad oficial.