¿Y que pasa con los pobres?

Me pasa seguido que muchas personas están de acuerdo con que nadie tiene derecho a iniciar la fuerza contra otra persona y su propiedad, o en palabras mas sencillas a vivir en una sociedad pacifica donde las interacciones sean voluntarias y no mediante violencia. También reconocen la superioridad de un mercado libre para la provisión de los bienes y servicios demandados, asignando de esa manera los recursos a donde son mas demandados y por último entienden que el respeto por los derechos de propiedad, una moneda estable y un contexto donde la iniciativa individual no este desincentivada son fundamentales para la generación de riqueza, la única receta para disminuir la pobreza.

Luego de haber acordado sobre esos puntos y procesado las consecuencias que implican aceptar los postulados mencionados anteriormente se dan cuenta que una de las funciones que el gobierno dejaría de cumplir es robarle a Pablo parte de lo que gana en su trabajo para darle a Pedro (el resultado de ese robo luego es presentado como Asignación Universal, Planes Solidarios y demás)

Una vez llegado a este punto viene un pregunta que se repite en casi todos los casos: «¿Y que va a pasar con los pobres? Si el estado no se ocupa, ¿quién se va a ocupar?

Sin dudas es una pregunta de fuerte contenido emocional, y una inquietud válida entre aquellos que no pueden concebir como sería una sociedad con una participación reducida (o nula) del Estado.  Sin embargo, el estado no siempre estuvo presente (o intentó brindar soluciones) en este área. Muchos ignoran cómo antes de que el Estado comenzara el proceso de capturar actividades que antes estaban en manos de la población civil, y de esta manera expandir su ámbito de acción, la beneficencia o caridad se proveía de manera casi o totalmente privada, lo que significaba una concepción completamente diferente de ella y consistía en un verdadero alivio de la situación de los mas necesitados y no en la creación de pobres funcionales al poder por ser dependientes de los favores políticos. En el libro «En Defensa de los Mas Necesitados» que lo pueden bajar acá hay una variada cantidad de ejemplos de la caridad en manos de la sociedad civil.

El flagelo de la pobreza sólo se resuelve con generación de riqueza… ¿y mientras tanto?

Volviendo al tema, la pregunta sobre qué va a suceder con los más pobres, asume que en la actualidad el asistencialismo estatal es efectivo y no deja que los pobres pasen hambre (no sólo es falso, sino que genera grandes distorsiones en diferentes sectores de la economía que terminan perjudicando más que ayudando a los pobres) y que en caso de que la caridad este en manos de la sociedad civil, ésta dejaría que los más necesitados mueran de hambre. En otras palabras se parte de la premisa de que «si el gobierno no lo hace, no lo va a hacer nadie.» De ser verdad, tendríamos que estar presenciando, familias estatales, iglesias estatales, clubes estatales, etc.

En definitiva, si el 100% de los que son introducidos a las ideas de la libertad están preocupados por el destino de los pobres, en una sociedad donde  el estado no le roba a Pedro para darle a Pablo,  las propuestas voluntarias para aliviar la situación de los más relegados de la sociedad van a emerger [*]. Y de hecho, hoy en dia, ante la ineficiencia del Estado en esa materia, diversas organizaciones asumieron la responsabilidad de ayudar de manera voluntaria. [1], [2], [3] y [4] entre otras.

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[*] aclaro que «donde el estado no le robe a Pedro para darle a Pablo» no es el único requisito necesario para que emergan alternativas de beneficencia privada, sino que también no debe desincentivar la iniciativa individual, u obstruir propuestas voluntarias para paliar la situación de los mas pobres, en otras palabras es necesaria  libertad completa que permita la generación de riqueza y de a su vez de estas iniciativas caritativas.