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La música bajo control

El camino que tiene que hacer un grupo de música para llegar a tener éxito, es similar en  varios aspectos al camino que tienen que hacer las empresas para lograr sus objetivos. Los primeros comienzan tocando en antros, se financian los primeros shows (y esa inversión la ponen de su bolsillo, por más que les cueste y mucho), y la única estrategia de marketing que tienen es el boca a boca (ahora Facebook y las redes sociales ayudan). Hasta hace poco el desarrollo de la banda promedio que llegaba a tener un relativo éxito funcionaba de esa manera, comenzaban por hacerse conocidos en sus barrios, luego en su localidad e iban creciendo hasta llegar a hacer algún show en las venues clásicas de la Capital Federal, había que tener suerte y gustar.

Las empresas anteriormente hacían un camino similar, comenzaban siendo familiares, sus clientes eran también sus vecinos, y de a poco comenzaban a expandirse, alguna publicidad en la radio local permitía cierta expansión, y un día el padre de familia y jefe del emprendimiento se animaba a sacar un crédito y abrir una sucursal, muchas empresas se quedaban estancadas, y hasta fracasaban en sus intentos de captar nuevas zonas de influencia, otras menos ambiciosas se consagraban como vedette de la zona y de esa manera lograban cierta fama, cierta reputación que luego se traducía en más ganancias. Lo cierto es que la iniciativa individual era determinante a la hora de tener éxito, más alla de la incertidumbre a la que todos estamos expuestos.

Está claro que hoy por hoy el éxito de una empresa no depende ya del espíritu emprendedor de cualquier hijo de vecino, ni de la eficiencia para satisfacer las demandas de los consumidores, ya nada de eso alcanza. Hoy el éxito o fracaso dejó de  depender de uno mismo (esto no quiere decir que gente con buena voluntad haya fracasado por malas ideas o por no entender el negocio, pero al final del día las buenas o malas decisiones empresariales eran las que definían el destino de la empresa), ahora ese destino pasó a estar en manos de burócratas estatales, los que van a decidir si corresponde un crédito o no, cuál es el porcentaje de las ganancias que el gobierno tiene  «derecho» a obtener en virtud de la nada misma, la calidad y la cantidad que se puede vender, y demás regulaciones que ya conocemos todos. Esa es la historia de todos los días.

Los grupos de música, por otro lado, sólo podían tener cierto éxito si tenían talento en  el escenario (o por lo menos que haya gente que crea que tienen talento) y talento debajo del escenario para negociar sus presentaciones. Por lo menos hasta hoy.

Después de que el gobierno paralizó y eliminó toda la escena under musical de la Ciudad de Buenos Aires a prinicpios e 2005, a raíz de los lamentables hechos ocurridos en Cromañón, ahora surge la creación del Régimen de Concertación para la Promoción de la Actividad Musical No dependiente del Ámbito Oficial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como iniciativa para fomentar lo que en primer lugar el gobierno se ocupo de ahogar.

Pagina/12 acierta al titular la noticia, respecto a la reglamentación de  la ley que crea dicho Régimen, cómo «La voz de los músicos se oye mas fuerte» al fin y al cabo los que se verán beneficiados por el nuevo Régimen habrán dejado de tener éxito gracias a su esfuerzo propio y ofrecer música aceptada por la gente, sino que ahora lo tendrán gracias al gobierno que forzará a contribuir al resto de la sociedad a través de subsidios y exenciones fiscales que se financian del bolsillo de cada uno de nosotros. Por otro lado, dejarán de ser los amantes de la música los que apoyen o dejen de apoyar a las bandas sino que ahora los funcionarios estarán a cargo de decidir que grupos son buenos y deben tener una oportunidad, y cuales deben seguir remando por su cuenta, está vez en competencia desleal con los beneficiados por la ley, o por lo menos de ellos dependerá el criterio que elijan los dueños de los lugares habilitados para que toquen las bandas. Y esto no es ninguna exageración la ley es explicita en cuanto a esto:

Artículo 13.- Para el otorgamiento de los beneficios previstos en la presente Ley, los establecimientos mencionados en el art. 6°, incisos c) y d) serán valorados en cuanto a la continuidad, permanencia y difusión de su programación, integrada por tradición musical, nuevos autores y la renovación de la escena musical.

En sintesís, así como está el lobby sojero, el lobby téxtil y el lobby de los banqueros, el lobby de los músicos (y dueños de venues) no es distinto a los demás. Su modus operandi es el mismo, obtener privilegios y prebendas a costa del resto de la sociedad, y convertir relaciones de mutuo beneficio entre los consumidores y músicos (o el producto que sea) en relaciones de mutuo beneficio entre funcionarios y músicos, con el factor adicional que perjudica a el resto de los contribuyentes.

El gobierno ya había ahogado al under porteño (y con eso a cientos de bandas emergentes, y locales de música),  ahora con esta nueva propuesta se reivindica con ellos y las víctimas serán otros.

Lo de » Si se muevepóngale un impuesto; si se sigue moviendo, regulelo; y si deja de moverse, subsidielo» hoy esta mas vigente que nunca.