El mito del liberalismo dictatorial (I)

Cada vez que se habla de economía y se menciona la palabra liberalismo en Argentina se lo suele asociar a dos períodos de la historia que distan de ser liberales. Por un lado las dos presidencias de Menem (1989-99), por el otro la dictadura militar de 1976-1983. Ambas asociaciones carecen de fundamento alguno, y se las señala como liberales aunque pocos o ningún componente de la filosofía de la libertad.

Antes que todo, aclaro que me voy a referir solamente a los aspectos económicos del liberalismo, aunque ya sostuvimos que la libertad es una sola (acá y acá), porque en cuanto a los aspectos sociales del liberalismo, tan rechazados como los económicos, pero imposible afirmar que fueron aplicados en esos períodos.

El origen de este mito se encuentra en la necesidad de los políticos de crear enemigos, y asociar los malos resultados con las ideas contrarias a las suyas, eso crea una confusión y se deslindan de cualquier responsabilidad, creando la sensación de  que ellos vienen a imponer políticas novedosas y modelos nunca antes aplicados.

Para ejemplificar esta situación voy a citar el análisis de la situación en 1978 que hace Alberto Benegas Lynch en su libro Fundamentos de Análisis   Económico sobre el estado de la economía en ese momento. Es algo largo, pero interesante, e  ideal para citar a la hora de contestar las relaciones infundadas del liberalismo económico con la dictadura.

Hoy (noviembre de 1978 lamentablemente la situación continúa difícil debido a que no se han tomado todas las medidas necesarias en el área económica […].  Se refinanció la deuda  externa y se redujeron los obstáculos a la exportación, pero, lamentablemente, se contrajeron nuevos compromisos elevándose la deuda pública externa, desde el 31 de marzo de 1976 al 31 de marzo de 1978 en un 44% en dólares. Se eliminó el control directo de cambios dejándose sin efecto la llamada paridad oficial. Sin embargo, continúa aún hoy el control indirecto de cambios a través de las operaciones del Banco Central y las protecciones arancelarias  y no arancelarias que no permiten conocer el valor real de las divisas. Se liberaron las tasas de interés, pero lamentablemente empresas estatales y la propia administración central han recurrido a la plaza financiera contribuyendo a elevar desmedidamente las tasas, obligando al sector privado a soportar injustificados pasivos financieros (dicho sea de paso, la administración central recurre a la plaza financiera para financiar su déficit, pero curiosamente esa captación de f6ndos se logra merced a la reducción en el efectivo mínimo, es decir, en nuestro sistema bancario de reserva parcial, debido a la expansión del crédito).  Se liberó la mayor parte de los precios, sin embargo continúan controlados los precios de algunos articulos de primer necesidad como la leche, el pan, y productos farmacéuticos; por otra parte, continua vigente la sovietizante ley «de abastecimiento.» Se redujeron aranceles, pero lamentablemente no de manera uniforme, lo cual crea cuellos de botella en la relació precios finales-insumos y provoca conflicto de intereses entre sectores que cuentan con distinta protección. La deuda pública interna aumentó desde diciembre de 1977 a octubre de 1978 en valores constante en un 140%. Comparando el ejercicio fiscal 1975 con el de 1978 el gasto público aumentó en un 52% en valores constantes (esto incluye una administración central, sociedades del estado, provincias, municipios, y entes binacionales.) El PBI de 1978 será un 3% inferior al de 1977.  La presión tributaria se elevó en un 53% de 1975 a 1978 (ingresos tributarios sobre PBI.) La participación del Estado en la renta nacional en el ejercicio en curso es la mas alta de la historia argentina desde que se llevan esas estadísticas (45.4%). La tasa anual de emisión monetaria en noviembre de 1977 era de 113% mientras que en el mes de octubre próximo pasado fue de 130.2% La inflación (si nos guiamos por el «indice de precios») para el año 1978 será superior a la del año pasado (estimo que llegará cerca de un 170%, mientras que en 1977 fue del 160%) […]

Se han privatizado algunas empresas del Estado, sin embargo las nuevas que se han creado y las expansiones  operadas en las que ya existían presentan un balance negativo Por último – pero no por ello menos importante – el salario real ha continuado deteriorándose durante 1978. El gobierno maneja los salarios; parece no comprender la importancia del mercado libre en este área vital y mantiene intacta la legislación fascistas y anti-obrera[…].

Segunda Parte