Una heroína llamada Orina

Vi un informe en el programa televisivo de Chiche Gelblung, 70.20.11, que denunciaba lo que ellos denominaban «una barbaridad», y creo que es una clara foto de los niveles de intervencionismo que desea el argentino promedio. Se trataba de una serie de preguntas que unos reporteros masomenos torpes le hacían a unas simpáticas señoras, camioneros y recolectores del conurbano bonaerense.

¿En resumen? el negocio es el siguiente: El orín de las señoras menopáusicas es la materia prima fundamental para fabricar un producto utilizado en  tratamientos de fertilización para mujeres que tienen ciertas dificultades para tener hijos. Una gran porción de las personas lo hace simplemente para «ayudar a los demás, no cuesta nada», y como agradecimiento se le hace un regalo por mes, que pueden ser cubiertos, cubiteras, relojes de pared, sacacorchos… o demás pavaditas.
Este programa tuvo la genial idea de «denunciar esta barbaridad» porque en realidad hay una ley (¡que raro!) que prohíbe la comercialización de fluidos humanos (tus desechos son del estado). Y porque lo que le pagan a la gente es «una miseria» con respecto a la contraprestación (hacer pichín) que estas buenas señoras hacen (literalmente), después de convencerlas, no sin poca insistencia, de que estaban siendo explotadas. Las señoras, luego de haber comprado el «cuentito de la redistribución» comenzaron a repetir como loros las consignas y a mirar con desconfianza a quienes le dejan los bidones.

pichona

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Estos genios del periodismo de investigación, contrario al enorme humanitarismo que dicen defender, lo que acaban de hacer es restringir la oferta. ¿Que significa esto? Significa que ya no habrá tanto material para la fertilización, por miedo a eventuales controles o denuncias dirigidas a los transportistas, los recolectores, y las señoras.

Veamos las consecuencias:

  • A la señora que le servían alguna de las baratijas que le daban se quedo sin ellas. Lo cual quiere decir que tendrá que desembolsar mas dinero para ciertos bienes, o no contara con el dinero de su reventa.
  • El transportista que recorría los barrios para juntar bidones, a pesar de que tenia una actividad totalmente voluntaria y pacifica, ahora debe buscar una nueva actividad que le permita sobrevivir.
  • El changarín que levantaba los bidones casa por casa y los llevaba hasta el camión debe buscarse otra changa urgentemente, porque generalmente son jornaleros.
  • La mujer que deseaba hacer su tratamiento, seguramente lo podrá hacer, pero pagándolo mucho mas caro. Solo las clases mas pudientes podrán acceder a realizarlo.

Nuestras felicitaciones al equipo de investigación de 70.20.11.

¡Ustedes si que están con el pueblo!