Desfinanciando al estado

Cuando se habla de modificar algún impuesto, o de asignar determinada partida de dinero a un sector especifico se suele acudir a la frase «se está desfinanciando el estado» con el objetivo de repeler cualquier intento de lograr esa baja impositiva, o esa reasignación de presupuesto.

Veamos algunos ejemplos:

1) Vuelve a encenderse la disputa en el campo: ¿deben existir las retenciones?

Otros, de posición cercana al Gobierno, hicieron hincapié en que la eliminación de esos cargos aduaneros desfinanciaría al Estado, que tendría que valerse de nuevas fuentes de recursos. Además, alertaron sobre la suba de precios en los productos primarios en el mercado local.

2) Mala noticia para la oposición: Latorre votará en contra del 82% móvil

«Si aplicamos el conjunto de leyes en torno al 82 por ciento móvil produciría un serio desfinanciamiento en el Estado», sostuvo Latorre en declaraciones a un canal de televisión rosarino, que consignó Télam.

Pero ¿Qué quieren decir realmente cuando hablan de «desfinanciar al estado»?

Simplemente te están diciendo que los fines que ellos consideran adecuados son mejores que los fines que vos considerás más prioritarios según tus apreciaciones personales.

En otras palabras, cuando se «desfinancia al estado» te financiás vos y se financian los demás, tenés mas dinero disponible para asignarlo a tus prioridades, y no a las prioridades de legisladores y ministros.

Cuando se «desfinancia al estado» el jujeño deja de subsidiar Aerolíneas Argentinas y el chaqueño, que no tiene agua, deja de subsidiar AySA en la Capital.

Cuando se «desfinancia el estado» hay más dinero para que destines a las obras de caridad que a vos te parecen que vale la pena, y no a los planes que incentivan el desempleo y benefician a los gobernantes.

En los dos ejemplos que mencioné anteriormente queda en evidencia la lamentable situación de la Argentina actual, que no es diferente a la de  los últimos 80  años. El estado pasó a ser el centro de la sociedad, ha desplazado al individuo, y se ha comenzado a pensar el funcionamiento del país, como una máquina para satisfacer la voracidad estatal. Eso se llama fascismo.

En el primer caso, de los ejemplos de más arriba,  se deja de lado cualquier derecho de los productores al fruto de su trabajo, el derecho de propiedad es algo secundario, la prioridad son las  necesidades del estado. En otras palabras, tu vida está destinada a satisfacer las necesidades de financiamiento del estado, y en segundo lugar, si es que queda algo, las tuyas. Parece exagerado, pero el concepto sobre el que descansa esa frase y toda la ideología/religión de adoración al estado es ese.

En el segundo caso pasa algo similar. Más allá de que el sistema jubilatorio  es inviable en el mediano plazo, y el respeto del famoso 82% sería adelantar la sentencia de muerte para dicho sistema, no puede ser nunca el justificativo de negar ese aumento la desfinanciación del estado, en todo caso se podría oponer que no es admisible aumentar las jubilaciones porque están basados en una estafa piramidal, pero decir que un dinero que supuestamente debería ser destinado a los jubilados no se puede destinar a ese propósito por el hecho de que se estaría desfinanciando al estado es una aberración.

Para terminar voy a  dejar de apuntar un poco a los políticos y voy a apuntar contra muchos de ustedes, lean o no lean este post, ustedes, argentinos, fueron cómplices de esto, y la única manera de revertirlo es actuando.  ¿Cómo actuar? Fijate acá y reclamá para que te devuelvan los derechos que te niegan.