La Libertad, ¿lo arregla todo?

Muchas veces he escuchado a gente decir «ustedes creen que con la libertad se arregla todo». Y estas personas creen sinceramente que esto es así. Que creemos que la libertad es una solución a todos los males. Pero nada está más alejado de la realidad. La libertad no arregla nada, porque justamente, lo que hace es no obstruir. La libertad no crea soluciones, sólo libera el camino para que las personas analicemos los problemas y los resolvamos de la manera que visualicemos más conveniente utilizando para ello los recursos que tenemos a mano.

Pero esto no quiere decir que las «soluciones» a los problemas que nos brinde la existencia lleguen a todas al mismo tiempo y de la misma manera. Ni siquiera llegan, muchas veces, en el momento en que nos gustaría que llegasen. Por eso algunos justifican el rol del estado. Para hacer un mundo «más justo». Pero el estado, justamente, es una fuente de injusticias y obstrucciones. Cuando no lo es por desviar nuestros recursos de unas actividades a otras (y de un sector a otro) decididas por un pequeño grupo de gente, lo es por utilizar el monopolio de la fuerza para impedir que las personas ejerzan ciertas actividades, la mayoría de las veces favoreciendo a un grupo de interés y creando situaciones (como por ejemplo, los monopolios) que de otra forma no existirían.

Más allá del aspecto económico, tampoco nos interesa «moldear» la sociedad de acuerdo a nuestras ideas. En el marco de una sociedad libre, los diferentes modos de vida que eligirían las personas, no tienen que ser necesariamente de nuestro agrado y no nos deberían interesar tampoco, siempre y cuando los mismos no afecten nuestra vida, nuestra propiedad o nuestra misma libertad. No existe un «modo correcto de ser», más allá del respeto irrestricto de las mismas libertades de nuestro vecino. Esto no convertirá a la sociedad en una sociedad libre de vicios, de eventuales crímenes o de injusticias. Lo único que evitará es que un grupo de personas ejerza la fuerza indebidamente sobre cualquier otro para imponer sus propios valores e intereses.

¿Qué buscamos entonces concretamente?

Buscamos concientizar a las personas que el camino de una sociedad libre es el camino más justo. Es el camino en que tenemos menos imposiciones de los demás para realizarnos como personas, y para desarrollarnos, sin que esto implique pasar por encima de todo y de todos a cualquier precio. Debemos saber que el camino de una sociedad libre es un camino en el cual reconocemos que la vida implica responsabilidad de nuestra parte para transitarla, y que es un tiempo muy corto y precioso como para hacerlo bajo el designio impuesto por los demás. En el liberalismo no hay recetas mágicas, no hay modelos, ni hay promesas de felicidad absoluta. La única certeza que nos da el modo de vida libertario, es que nadie se interpondrá en nuestro camino, si respetamos las libertades de los demás.