El estado ausente… es el más eficiente

… puede decirse que hay al mismo tiempo demasiado estado y poco estado. La actitud pública contra la dilatación estatal se funda en una intuición muy acertada: la de que el estado se apropia una cantidad cada vez mayor de ramas de actividad, no para hacer que funcionen mejor, sino para aumentar su poder. Su meta es reforzarse a sí mismo, destruir todo poder distinto al suyo, todo poder que le sea ajeno. Quiere absorverlo, no para hacerlo más productivo, sino para alimentar el suyo propio. Éste es el único secreto de las nacionalizaciones, y sobre todo la del crédito, cuyo móvil, exclusivamente político, es ajeno a la economía y a las exigencias de la prosperidad nacional. ¡Que los ciudadanos se conformen con vivir peor para que el estado sea más fuerte! Más fuerte para él, no para la sociedad.

Extraído del libro «El rechazo del Estado» de Jean-François Revel.