Acuerdo YPF – Chevron: Defendiendo mi Gataflorismo

Reza el refrán popular al que hizo alusión la presidente en relación al acuerdo YPF – Chevron:

Parece la gata Flora, que si se la meten grita y si se la sacan llora.

Así criticó Cristina Fernández a quienes, como yo, luego de advertir y protestar por la estatización de YPF, advierten y protestan por el nuevo acuerdo firmado con la compañía de capitales norteamericanos Chevron.

La idea detrás de la frase de CFK y también de las declaraciones de Kicillof, es que no se puede estar disconforme con que YPF sea estatizada, y que cuando recurren a un privado para la explotación de un yacimiento, la misma persona también esté disconforme. Pero es así. Ni una situación ni la otra, bajo las condiciones actuales, es deseable.

La Vaca Muerta por el Estatismo

La Vaca Muerta por el Estatismo

Si pensáramos que cualquier privatización, o que cualquier acción de una empresa privada es deseable, moral y eficiente, entonces estaríamos 100% de acuerdo con lo que hizo el menemismo y sin embargo no nos cansamos de señalar todo lo que diferencian a una situación de libre mercado, con la situación argentina durante los 90s. Aquellos que piensan que porque el gobierno firmó un acuerdo por la explotación de Vaca Muerta con un privado, la Argentina se encuentra ahora en la senda de la cordura económica, del cumplimiento de contratos y de promover la inversión extranjera productiva, están muy pero muy equivocados.

El acuerdo con Chevron, está viciado por donde se lo mire. Está a años luz del libre mercado, del respeto por la propiedad privada y de la igualdad ante la ley defendidos por el liberalismo. El único aspecto positivo que puedo llegar a encontrarle al mismo, es la confesión del gobierno, de que el estado no se pudo hacer cargo de la producción energética y de atraer inversiones que lleven al desarrollo. Punto. Ahí terminó.

Pero paso a explicar por qué este acuerdo está lejos de conformar a un liberal y a cualquier defensor de la propiedad privada, para que se entienda por qué apruebo al «gataflorismo» en esta cuestión:

  1. Chevron consiguió, estado mediante, privilegios por sobre cualquier otro ciudadano: Por lo que se pudo conocer del acuerdo, Chevron tendrá la posibilidad de importar a arancel cero, maquinaria y tecnología para llevar a cabo la explotación del yacimiento. Esto sería genial, si no fuera un privilegio que le da el gobierno. Cuando nosotros pedimos que se eliminen los aranceles aduaneros, lo pedimos para todos, no para los amigos del gobierno. Pero esto no será así para ninguna otra empresa, ni para ningún otro ciudadano. El gobierno, entonces, está imponiendo un interés sobre sus acciones y los de esta explotación, por sobre cualquier otro que puedan tener las personas. Es decir, no deja que los ciudadanos y las empresas dirijan las divisas a las áreas de mayor productividad sino que las redirige según lo que los chamanes del gobierno dicen que debe hacerse, y sobre todo a los bolsillos de los accionistas de Chevron. Además de tener aranceles cero de importación de bienes de capital y tecnológicos, Chevron tendrá también la facultad de girar sus ganancias hacia el país de origen de los accionistas. Es decir, que a diferencia de la mayoría de los argentinos, la petrolera norteamericana tendrá la capacidad de comprar divisas y utilizarlas a su conveniencia. No es que esto último sea algo malo per se, sino que el gobierno decide privilegiar a UNA empresa por sobre al resto de los ciudadanos que permanecen maniatados. Esto, lejos de ofrecer seguridad a los inversores, sean nacionales o extranjeros, es una muestra cabal de que todos estamos a merced de lo que decidan los funcionarios del gobierno. Un marco no muy beneficioso para cualquiera que esté arriesgando su capital. En resumen, Chevron no podría actuar como actúa Chevron y ganar lo que va a ganar Chevron si no fuera por los privilegios otorgados por el estado a ellos y a ningún otro. Cero libertad de mercado.
  2. El acuerdo no consolida, bajo ningún punto de vista, la propiedad privada en el territorio: No sólo vemos que la arbitrariedad y los privilegios son moneda corriente en este acuerdo, sino que nos lo quieren presentar como lo que no es: la consolidación de la actividad y la propiedad de los privados en el país. Para consolidar la propiedad privada en el país, primero deberían privatizarse en forma real los territorios de los yacimientos. Hoy los maneja el estado, nacional o provincial, a su antojo y concede privilegios a quienes ellos decidan. De ser esas tierras propiedad de privados, cualquier empresa que quisiera explotar el yacimiento, debería llegar a un acuerdo con cada uno de los propietarios para poder trabajar, y seguramente bajo muchas mejores condiciones que las que arbitrarimente impone el gobierno, que está situado muy lejos de la zona y que tiene muy poco interés en protegerla. Por otro lado encontramos el problema del daño ambiental del que se sospecha del «Fracking o Hydraulic Fracturing», el método de extracción que se utilizará en Vaca Muerta. En un régimen de protección integral de la propiedad privada y de los derechos individuales de las personas, debería tenerse en cuenta el daño que podría llegar a provocar este método de extracción en la propiedad y en la salud de los habitantes de las comunidades locales, que ante cualquier problema deberían ser resarcidos. Poco y nada se está hablando de cómo esta explotación, más allá de las publicitadas inversiones, afectará a los habitantes de la zona.
  3. El gobierno decide quiénes son más iguales que otros ante la ley: No sólo vemos a diario cómo pareciera que existe un conjunto de leyes que afectan a los ciudadanos argentinos y otro que afectan a los funcionarios y ex-funcionarios cómplices del robo y el latrocinio del gobierno, sino que el acuerdo entre YPF y Chevron no se regirá por las leyes que nos afectan a todos los demás ciudadanos, sino que el contrato se regirá por las leyes de Nueva York y cualquier conflicto se dirimirá en tribunales en París. Muchos ciudadanos querríamos quitarnos los grilletes de la inflada, anquilosada y liberticida legislación argentina, pero este es un privilegio que sólo se da a quienes prometan mantener al gobierno nacional a flote, trayendo divisas al país que el mismo gobierno necesita para continuar con sus negociados, latrocinios y la compra de votos populismo mediante.
  4. El clientelismo no es exclusivo de los pobres: Muchas veces cuando hablamos de cortar con el clientelismo porque mantiene al gobierno en el poder, muchos se imaginan que creemos que los pobres votan mal por un interés monetario y que ellos son los culpables de que el gobierno gane las elecciones. Pero nada está más lejos de la realidad. Esta clase de acuerdos muestran a las claras que el mayor gasto clientelar, populista y prebendario el gobierno lo realiza con las empresas cercanas y amigas al poder y no repartiendo dinero a los que menos tienen. Estos últimos siempre son los más afectados por las acciones del gobierno. Hay que desmitificar eso de que los pobres con su actuar son los que mantienen al gobierno en el poder, sino que hay un grupo de empresarios, sindicalistas y sectores privilegiados a lo largo y ancho del país, que no dejan de hacer negociados con el gobierno a pesar de la situación cada vez más calamitosa y restringida de la ciudadanía en general, jaqueada por la inseguridad, la inflación, la arbitrariedad gubernamental y el desmanejo económico.

¿El problema, entonces es Chevron? No, el problema no es Chevron. Chevron no podría obtener los privilegios que obtiene, sin un poder omnímodo y arbitrario como el que detenta cualquier gobierno argentino, y sin la ayuda de los ciudadanos que permitimos que pasen cosas como esta. ¿Y ustedes, opositores. qué proponen? Proponemos un esquema real de libre mercado y de defensa integral de la propiedad y de los derechos individuales, que lejos está de este acuerdo firmado por una corporación que consigue privilegios estatales. Chevron podría actuar en una sociedad libre, pero seguramente, sin la facilidad con la que lo hace, negociando con un único actor que detenta el poder concentrado. Es vital que en el país rija un verdadero federalismo, y no esta parodia de federalismo donde el gobierno nacional absorbe todos los recursos del país y luego los reparte según cómo las voluntades de las provincias se van arrodillando ante los intereses del poder ejecutivo nacional.

¿Me considero «una gata flora»? Para nada. Trato de ser consistente con mis ideas y de argumentar por qué puedo estar en contra de la estatización / confiscación de una empresa, y a la vez en contra de que se vuelva a cometer el mismo desfalco que en su momento se realizó con Repsol y las privatizaciones del gobierno menemista. Creo que lejos de ser dos posturas antagónicas, la posición del gobierno durante la estatización y con esta virtual «privatización» son dos caras de la misma moneda: la mafia del estatismo. Lamento profundamente que muchos ciudadanos hayan caído en el recurso fácil de exaltar el nacionalismo y justificar así las acciones de este gobierno, que lo único que busca es enriquecer a sus funcionarios mediante el robo organizado, con la impunidad que les asegura la compra y el avasallamiento de la justicia.

Represalias

Escasas horas después de que se anunciara la intervención y futura expropiación de YPF, comenzaron a surgir noticias referidas a las represalias que tomarán el gobierno de España, la Unión Europea, y algunos de sus ciudadanos. Estas van desde dejar de comprar productos argentinos, o poner barreras arancelarias extra, hasta prohibir la entrada de personas argentinas en locales españoles.

Nacionalismo / Xenofobia

Cartel "Queda prohibida la entrada a argentinos"

En sintonía con los liberales de España, desde este blog repudiamos el atropello a la propiedad privada y a los contratos, y ahora también debemos repudiar estas represalias, por dos motivos:

1 – El estado español, a través de estas prohibiciones o impuestos, está perjudicando a productores y trabajadores argentinos que tranquilamente pueden estar en contra de la expropiación de YPF.
2 – Como consecuencia de esto, los ciudadanos españoles tendrán que pagar estos mismos productos más caros (ya sea por el porcentaje extra de los impuestos, o por el natural aumento de los precios al disminuir la oferta si se impide la entrada de los bienes). Cereza sobre el postre: Cristina Kirchner admite que el proteccionismo perjudica a los consumidores. 

Este tipo de represalias son las mismas que proponía Guillermo Moreno queriendo prohibir la importación de productos ingleses, al negarse el gobierno británico a tener el debate por la soberanía de las Islas Malvinas, y tienen el mismo calibre de idiotez: al inglés promedio no le importa o no tiene opinión formada acerca de de quién deberían ser las islas.

Al englobar a toda una población dentro de la bolsa “Argentina” o “España”, los individuos se pierden en la multitud y se generan este tipo de situaciones. El historiador Parker T. Moon, ya en 1930, destacó muy acertadamente el uso falaz de un sustantivo colectivo como «nación»:

Cuando utilizamos la palabra «Francia», pensamos en esta nación como una unidad, una entidad. Al decir: «Francia envió sus tropas para conquistar a Túnez», no sólo conferimos unidad sino también personalidad a un país. Las mismas palabras ocultan los hechos y hacen de las relaciones internacionales un drama fascinante en el cual se personaliza a las naciones como actores y se olvida con demasiada facilidad a los hombres y mujeres de carne y hueso que son los verdaderos actores. […]
Si no tuviésemos una palabra como «Francia» […] entonces podríamos describir la expedición a Túnez con mayor precisión; por ejemplo: «Unos pocos de esos 38 millones de personas enviaron a otras 30 mil a conquistar Túnez». Esta manera de describir la realidad sugiere inmediatamente una cuestión, o, mejor dicho, una serie de cuestiones. ¿Quiénes son esos «unos pocos»? ¿Por qué enviaron a los 30 mil a Túnez? ¿Y por qué éstos obedecieron? Los imperios no son construidos por «naciones» sino por hombres. El problema que enfrentamos consiste en descubrir en cada nación a los hombres, a las minorías activas que están directamente interesadas en el imperialismo y luego analizar las razones por las cuales las mayorías pagan el costo y luchan en la guerra que necesita la expansión imperialista.

(Parker, Thomas Moon. Imperialismo y política mundial. Nueva York, Macmillan, 1930, p. 58)

Aceite de Roca YaPeFu

AsterixBlackGold

Kiciloff buscando petróleo en Chubut.

Después de «Vienen por el agua», «Los fondos buitres» y «La Fuga (de capitales), la productora cinematográfica Nac&Pop nos trae su último éxito: «Se llevan el petróleo se llevan».

Qué review difícil, tantas cosas por escribir sobre el asunto YPF que no sé ni por dónde empezar. Voy a citar a un kirchnerista, el ex secretario de energía Cameron que, en un informe del 2003 resumió en algo así como «Jamás en la historia de Argentina se había sacado tanto petróleo como en los 90s ni había habido tantas inversiones en energía». ¿Qué cambió en todo este tiempo para que hoy haya problemas con los hidrocarburos?

Primero que nada, se intervino el mercado del petróleo, con el estado controlando el precio al que deben venderse los barriles de crudos y los combustibles en el surtidor. Una clara medida dedicada a poder emitir papelitos con el signo pesos por un lado y hacer «como que no se note la inflación» por el otro. ¿Qué genera esto? La oferta se contrae, dado que no conviene invertir para vender por volumen ni nada. La demanda aumenta hasta las nubes (la nafta está barata en comparación con los otros bienes y servicios, así que todo el mundo sale con el auto). Esta práctica lleva, a la larga, a la escasez, como puede verse en el libro  «4000 años de controles de precios y salarios».

Es así que se consumieron las reservas de gas, que se tuvo que importar, así como también fuel oil para las generadoras de ciclo combinado existentes en el país. Es más, varias empresas que tienen sus propios generadores fueron llamados reiteradas veces por Guillote para apretarlas con que manden electricidad a la red (fuente de primera mano).

Pero volvamos un paso atrás. ¿De quién es el petróleo? Según la constitución, el Estado es dueño de todo el subsuelo y minerales que haya, y es el que puede decidir qué se hace con el mismo. O sea que, YPF o no YPF, Repsol o no Repsol, EL PETRÓLEO YA ES DEL ESTADO. Lo que hace el estado, que es totalmente inútil para cualquier tipo de emprendimiento, es concesionar la extracción del petróleo a distintas empresas que tienen un poquito más de idea que los burócratas sobre petróleo, extracción, ganar plata, etc. A cambio de esto, las empresas le pagarán una (suculenta) cantidad de dinero al estado, ya sea por barril extraído, o un fee general por los derechos. Así vemos que no importaría quién saca el petróleo (YPF, Shell, Esso o Pepito) ya que está pagando por el mismo (por lo que tengo entendido, principalmente a las provincias).

Claro que, si te ponen un precio máximo a lo que podés vender la nafta en el surtidor, vas a tratar de agarrar el producto que sacaste de abajo de la tierra (para los estatistas, NO, el petróleo no aparece mágicamente en tanques y refinerías por más que queramos) y llevártelo al lugar donde mejor te pagan, o sea a donde más billetes verdes por barril te pongan. Y si a lo largo del tiempo el estado pone restricciones de a dónde podés mover las lechugas, saca arbitrarias leyes sobre negocios e infla la moneda sin control ¿Vas a mover un dedo para encontrar y sacar más petróleo? ¿Vas a hacer inversiones millonarias? ¿O vas a sacar todo lo que puedas de los pozos y máquinas que ya tenés, no sea cosa que a un loquito se le ocurra cortarte el chorro?

Y ya llegando a hace un par de años atrás, a la «Argentinización» de una parte de YPF en las manos de Eskenazi se hizo de una forma bastante turbia. Eskenazi pagó por las acciones que compraba con los futuros dividendos que le iban a pagar esas mismas acciones. Es una absoluta locura. Es como que yo le diga a google que me dé acciones, que se las pago con lo que ellos mismos van a ganar en el año. Se me cagan de risa en la cara. ¿Por qué Repsol aceptó ese trato? Tal vez porque cierto individuo del sur, con gran poder, les dijo «muchachos, o le dan las acciones a mi amig…digo, a un argentino, o no les dejo girar dividendos al exterior». Eso en mi barrio solía llamarse COIMA, pero bueno, tal vez estoy un poquito chapado a la antigua y ahora significa otra cosa.

Hoy no hay nafta en las estaciones de servicio y no alcanzan los hidrocarburos para generar la energía eléctrica necesaria, y para esto último hay que importar (por esto Moreno rompe las pelotas con la balanza comercial y el superavit afanado de dólares que el estado usará para pagarlos). ¿Quién es el culpable del faltante? ¡Los noruegos! Digo…¡esos malvados conquistadores españoles, que vienen a llevarse nuestras riquezas, y a invadirnos con su fea bandera roja y amarilla! Claro, no hicieron las inversiones suficientes para sacar más aceite de roca ¿Intervenir el mercado y destruir los precios no tendrán algo que ver? ¡NO! Hay unos extranjeros malos que siempre están pisoteando al mejor país del mundo, no dejándolo alcanzar su potencial.

¿Qué es lo mejor que podemos hacer para tener nafta en los tanques y luz eléctrica en nuestras casas? ¡Expropiamos YPF de los malos y la ponemos en manos de La Cámpora! Ahora sí, el petróleo va a brotar del suelo, va a ir mágicamente por los aires y se va a meter en los camiones cisterna, en los tanques de las refinerías, se va a procesar solo y va a llegar a los tanques de nuestros autos, colectivos y camiones a sólamente unos centavos. La falta de inversiones por inseguridad jurídica se soluciona, justamente, expropiando empresas. Quién lo hubiera dicho…

¿Alguien se acuerda de cómo andaba YPF cuando era del estado en los 80’s? Resumo un par de puntos, como para refrescar la memoria de los vejetes e introducción para los más jóvenes:

– Las estaciones de servicio daban lástima, eran una mugre total, tenían todas las mangueras por el piso, un peligro para la seguridad.

– Los empleados se afanaban la nafta, de acuerdo a su posición. El que servía el surtidor se afanaba un par de bidones, el que manejaba un camión y los supervisores se afanaban de a 500 litros.

– Te mezclaban la nafta súper con común y agua. Te destrozaba el motor y había que ir al mecánico cada dos por tres. (Hay escasez de mecánicos en el país y los autos nuevos son mucho más sensibles a estas cosas que antes…me pregunto qué pasará cuando vuelvan a hacer lo mismo).

– Se afanaban las herramientas, insumos, pilcha, lo que sea que no estuviera empotrado en el piso (y algunas cosas empotradas también), total «no es de nadie».

– En cada cajón de cada burócrata había un curro.

– Proveedores del estado y gerentes sobrefacturaban, diferían remitos y facturas y hacían todo tipo de artimañas para afanar guita de los contribuyentes, lo cual era mucho más fácil en un ambiente inflacionario como el de esos años.

– Había como 25.000 empleados, cuando sólo se necesitaban alrededor de 5.000.

O sea, gran cantidad de personas usaban YPF para poder tener un nivel de vida muy superior a lo que les permitía lo que en realidad producían. Total, pagaban los expoliados por los impuestos.

¿Por qué se vuelve a la YPF del estado?

Por tres motivos:

1 – Para usar la recaudación de ventas de la compañía para pagar los hidrocarburos que hay que importar, por lo menos por uno o dos añitos hasta que se funda (total, después vemos).

2 – Para volver a acomodar a esa gran cantidad de ñoquis y parásitos que «laburaban» o proveían al estado en los 80’s, vividores vitalicios de los contribuyentes.

3 – Tapar el escándalo de Boudou, Sumbutrule y Ciccone con una dosis de Nacionalismo. Como dijo Chiarutinni «En Argentina, el nacionalismo SIEMPRE garpa».

¿Qué hace la mayoría de la sociedad?

Festeja como si se hubiera ganado el mundial. Insulta y maldice a los españoles mientras entran a patotear a las oficinas de la empreas De Vido y Kiciloff (¿cuántos puestos ocupa el muchacho este? ¿Cobra un sueldo de gerente por cada uno este señor que es Marxista? ¿Sabrá que ocupando cargos, según su ideología, es un burgués vividor de los trabajadores?). Llora y festeja por la «recuperación» de la empresa para «el país».

¿Se puede ser tan, pero tan pelotudo y tan, pero tan xenófobo? ¿Se puede tener una mentalidad tan infantil o adolescente? Parecen nenes de jardín haciendo cantitos del estilo «Salita verde se la come, salita naranja se la dá».

La verdad que importa tres pepinos la nacionalidad del tipo que nos vende el petróleo, así como importa tres pepinos la nacionalidad del que nos vende una manzana, un auto o una computadora. Después los mismos que están cantando puteadas contra los españoles se rasgan las vestiduras cuando alguien dice, por ejemplo, «boliviano de mierda». Claro, eso es xenofobia y discriminación, pero putear a un español, a un brasilero o a un yanqui por el lugar donde nacieron no. Incongruencia pura.

El «autoabastecimiento» es algo trivial en un mundo globalizado. Lo que importa es simplemente poder realizar los intercambios necesarios, de lo que sea, para poder adquirir la nafta necesaria. Dado que  el petróleo es un commodity, el precio es el precio a nivel mundial. Para pagarlo más barato y que no haya faltantes, alguien tiene que poner la diferencia. Si lo hace el estado, te la está cobrando por otro lado con impuestos e inflación.

Por su parte, los gobernadores de las provincias petroleras, también tuvieron un pifie gigante. Salieron a aplaudir con los trapos, a salir en la foto con la reina y, cuando leyeron el proyecto vieron que, donde antes recibían regalías de 100 por la extracción de petróleo ahora van a recibir 49 y 51 el gobierno nacional, se dieron cuenta de que se tienen que pegar un tiro. O chupar más todavía las medias del estado nacional.

«Ahora YPF es nuestra, de todos los argentinos». Si no sos uno de los que tiene sueldo de YPF, uno de los proveedores o uno de los que afana ahí, es tuya para los gastos nomás. ¡A pagar se ha dicho, muchachos! A pagar más sueldos de la Cámpora, a pagar doble o triple a los contratistas, a pagar toda la reposición de insumos y herramientas afanadas…

Repsol es otro que se tiene que joder. Pagó una gran coima para jugar con las reglas de una patota y una mafia. ¿Y todavía se extraña que después le afanen lo que queda? Uno más que se fagocita el monstruo estatista. Lo que hay que preguntarse es: Si a una multinacional le puede pasar lo que le pasó ¿qué queda para la pequeña empresa o para la persona de a pié?

Y bueh, qué le vamos a hacer. El nacionalismo garpa. Agitando un trapo celeste y blanco se puede hacer cualquier cosa, pero CUALQUIER COSA, que casi 40.000.000 de personas te van a aplaudir, te van a pagar y te van a pedir por favor que…(la corto ahí porque mi vieja lee el blog).

Tristemente, sería tan, pero tan fácil tener «autoabastecimiento» y nafta barata en los surtidores: no expropiar / afanar, no inflar la moneda, permitir que el que gana plata la lleve a donde se le cante Y SACARLE EL 50% DE IMPUESTOS QUE EL QUE VA A CARGAR NAFTA PAGA EN EL SURTIDOR.

Pero claro, todo eso no da votos ni caja. Y hay que vivir la vida del burócrata ¿vió?

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