¡Heil Binner!

El Socialismo se cae a pedazos de la mano de su propia inoperancia

 

Hay veces que los socialistas (en el sentido más abarcativo de la palabra, es decir, incluyendo tanto al FAP, como a kirchneristas, peronistas, comunistas.. en fin, a casi todos los partidos políticos de la Argentina), me hacen pasar momentos divertidos.

Hace un par de días, por ejemplo, circuló por la red la noticia de que habían expulsado al Partido Socialista del ex-gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, del Foro de San Pablo (una cumbre que reúne a muchos de los partidos políticos de izquierda Latinoamericana) por sus «ideas de derecha». Vale la aclaración que en realidad no lo expulsaron sino que hubo una propuesta para apartar al Partido del Grupo de Trabajo del Foro.

Sin embargo, y como no podía ser de otra manera, al poco tiempo se pudo leer a las huestes kirchneristas aprovechar la volteada para pegarle al probable candidato presidencial, situación en la que no faltaron los «facho»s, «narco»s, «elitista»s y demás epítetos del estilo.

 

La inventiva de la militancia kircherista en acción

 

Al ver semejante despliegue dialéctico, no pude contenerme y tuve que buscar la nota para intentar entender qué podría haber hecho este personaje, conocido principalmente por su complicidad con el kirchnerismo al haberle votado a favor todas las principales leyes que éstos impulsaron, para generar semejante reacción.

Grata fue mi sorpresa al descubrir que lo que le mereció el pedido de expulsión fueron sus declaraciones en las que comentaba que él «hubiera votado por Capriles» en las últimas elecciones venezolanas y que responsabilizaba a los gobiernos «populistas» de la región por las víctimas producidas en distintos incidentes.

No es para nada mi intención defender a una persona a la cual, entre otras cosas, se la ha escuchado comentar despectivamente «con esta plata podríamos haber hecho 50 centros de salud» en medio de una apertura de sobres de licitaciones de obras de pavimentación (de una Hermes, total después vamos a atendernos a caballo). Sin embargo, nobleza obliga, hay que reconocerle el pequeño atisbo de lucidez que lo llevó a diferenciarse del resto del socialismo.

Lo que no deja de sorprender es el grado de negación de la realidad en la que viven aquellos que tildan de nazi a Binner, mientras apoyan a los gobiernos más fascistas de los últimos tiempos. ¿En qué dimensión alternativa enviar a militantes a controlar al resto de los ciudadanos es digno de una sociedad libre? ¿En qué universo paralelo hay que vivir para considerar democrático a un Presidente que propone ARMAR a un grupo de personas para que vigilen a los opositores? ¿Qué tan chico tiene que ser el termo en el que uno está metido para descalificar como «de derecha» el decir que los gobiernos que tenemos en muchos países de Latinoamérica hace más de 10 años son los responsables de los Onces, los Cromañón, las matanzas de Qoms, las inundaciones, el desabastecimiento, la pobreza y demás tragedias que ocurren cada vez con más frecuencia? Que se yo, capaz soy yo el que no entiende más nada, pero para mí esta gente está cada día más loca.

En fin, a partir de hoy, viva el Narcosocialismo! Larga vida al Dealer! Heil Binner!

El Estado somos todos

Está en boca de muchos decir, cuando uno se queja de malos manejes del Estado, la frase “pero el Estado somos todos”.

 

Yo no estafé a varias generaciones con falsas promesas de jubilación.

Yo no imprimo billetes sin respaldo, robándole el poder adquisitivo a los que están en manos de mis conciudadanos.

Yo no le robo cerca del 50% de su sueldo a mis compañeros trabajadores.

Yo no adoctrino a tus hijos con un sistema que fue pensado hace más de 150 años para formar soldados y empleados industriales.

Yo no mandé a pibes de 18 años a morirse en una cruzada quijotesca contra uno de los mejores ejércitos del mundo.

Yo no le transpasé al pueblo las deudas de los empresarios amigos que se habían endeudado en la timba financiera.

Yo no arrasé con varios pueblos originarios para expandir el territorio nacional.

Yo no le di esas tierras conquistadas a 344 familias aristócratas amigas del poder.

Yo no convertí el campo en un monocultivo de soja, con la aplicación de retenciones y prohibiciones.

Yo no hice desaparecer el pan blanco en 1952.

Yo no meto en la cárcel a los que eligen meter en sus cuerpos ciertas plantas o sustancias sin afectar a nadie más.

Yo no obligué a todas las generaciones hasta los 90’s a hacer el servicio militar obligatorio.

Yo no construí obras que benefician solamente a algunos empresarios o sectores afines, con la plata de los contribuyentes.

Yo no confisqué las jubilaciones de gente que había optado por irse del sistema piramidal estatal a uno un poco menos peor.

Yo no le impuse a mis conciudadanos un corralito para que no pudieran retirar sus ahorros.

Yo no le pesifiqué las deudas a mis empresas amigas 3 a 1, mientras los ahorros de la gente se pesificaban 1 a 1.

Yo no le impido a mis conciudadanos establecer relaciones comerciales mutuamente beneficiosas con el exterior.

Yo no persigo a los espacios de arte independientes con leyes obsoletas, habilitaciones absurdas e inspectores corruptos.

Yo no censuré a la prensa, ni a la música, ni a la literatura.

Yo no reprimí las protestas sociales.

Yo no metí presos a mis rivales políticos.

Yo no desaparecí a 30.000 personas durante la última dictadura.

 

Por todo eso y más, “el Estado somos todos” las pelotas.

 

Son éstos.

Son éstos.

Sin respeto.

Una de las (incoherentes) críticas que recibió la marcha del 13S es la de qué eramos un grupo de bien acomodados de clase media – bien vestidos – llenos de odio, agresión, insultos y hasta deseos de cárcel y muerte hacia ciertos funcionarios públicos.

No me sorprende, ni me molesta que desde el kirchnerismo salgan con estas vacías acusaciones a pretender acallar las voces de la libertad que se están erigiendo por fin en este país. Pero me duele y me deja perpleja que desde los propios «caceroleros» pretendan desmentir esto, validando esas críticas a la vez que se muestra una continuidad de la sumisión, al menos en el aspecto discursivo.

Quiero ser muy clara. Por supuesto que estamos enojados, calientes, saturados, HARTOS de que nos pisoteen y nos tomen de pelotudos. Por supuesto que vamos a insultarlos, exigirles que atiendan nuestras demandas, y que nos respeten. No se pude pelotudear a un pueblo durante tantos años y pretender no generar odios, rechazo y un sinfín de sentimientos negativos.

 

La presidente es una enferma, cínica, hija de puta que habla de democracia cuando sus acciones son absolutamente autoritarias. Que se llena la boca con mentiras, estadísticas inventadas, índices de pobreza inexistentes. Ignora la constitución nacional, ley sagrada si las hay, y hasta pretende reformarla para quitarle su espíritu de libertad. Nos amenaza por cadena nacional al mismo tiempo que nos ignora. Se cree ama y señora del país, dueña de nuestras vidas y de nuestros destinos. Nos impide progresar, trabajar, crecer, vivir, aprender…

Nos tienen arrinconados, Moreno, Boudou, Echegaray, y todos sus secuaces. Nos impiden transitar libremente por el mundo, comerciar, comprar y vender como nos plazca, nos condenan a la miseria, a vivir angustiados, a no saber si volvemos vivos a casa, a tener que agradecer que «solo nos robaron y no nos hicieron algo más», a pagar más del 50% de nuestros bien merecidos sueldos para mantenerlos a ellos y a todo su aparato de propaganda nazi (sí! nazi!! si usan las técnicas de Goebbles a una perfección inimaginada por él mismo), y a mantener el asistencialismo que está destruyendo las bases que construyeron este país con trabajo, esfuerzo y mérito.

Nos obligan a corrompernos o a ser sometidos, nos toman el pelo, nos asfixian con medidas cada día más restrictivas, nos tienen vigilados como si fuésemos criminales, criminalizan las acciones más normales cómo comprar monedas extranjeras o disentir con el gobierno.

Destruyeron por completo la República, con una ausencia de poderes independientes que no tiene precedentes. No hay justicia, no hay jueces capaces de hacerle frente al avasallamimento de los derechos individuales. No hay legisladores que se precien de representar al pueblo. Hacen las leyes a su antojo, la mayoría bien inconstitucionales por cierto. Gobiernan para ellos mismos, ni siquiera para la mitad del país que los votó. Y lo hacen todo bajo la bandera de una democracia que ni siquiera es nuestro sistema de gobierno vigente. Argentina es una REPÚBLICA, en la que el estado de derecho, es decir, el gobierno de la LEY, debería primar por sobre cualquier persona que ocupe un cargo público.

Nos han quebrado en dos bandos, en los que la ausencia de diálogo es ensordecedora, genera impotencia absoluta no poder disentir sin discutir, no poder presentar alternativas, no ser escuchado, no ser representado, no ser respetado.
Las minorías esta doblegadas a obedecer los caprichos de las supuestas mayorías, que no son más que clientes de este gobierno corporativista. Nos llenan la cabeza de boludeo nacionalista, apelando a un orgullo xenófobo de qué algo producido en territorio argentino tiene más mérito vaya uno a saber porqué… Pero la realidad es que la industria nacional no crece, porque como todo en el relato, es un verso más.

Gobiernan de palabra en todo lo relativo a la libertad, la prosperidad y la igualdad ante la ley, deshaciendo con sus controles y regulaciones todo lo que dicen defender.

Y esta lista podría seguir eternamente. No tiene nombre lo que nos están haciendo. Nos están quitando la dignidad, nos están esclavizando, nos están exprimiendo y oprimiendo.

¿Y pretenden que salgamos a la calle a protestar educadamente? Después de años de sufrir su cinismo y su sadismo, sus faltas de respeto, sus abusos, sus caprichos. No. Por supuesto que no. No les debemos ningún respeto, y no nos debemos ninguna represión en las formas en que reclamamos lo que nos corresponde y estos vándalos nos robaron.

Son unos hijos de puta, y queremos que nos dejen de pelotudear. No hay otra manera de decirlo. Somos pacíficos en las protestas. Somos republicanos en los métodos. Pero no nos exijan (no nos exijamos!) ser «educados» en las palabras. Nuestros carceleros, represores, opresores, no merecen respeto, no merecen nuestra educación. Merecen todos y cada uno de los insultos que se pronuncian hacia ellos. Y nosotros merecemos poder putearlos en paz. Este es el resultado de años de sometimiento. Ahora: orgullosos, dignos, con la cabeza levantada, putiémoslos sin dudarlo! Hasta que entiendan que hasta acá llegaron, que ahora les decimos BASTA.

¡Que la crisis la paguen los corporativistas!

Todos vimos los carteles de los partidos de izquierda con la consigna “que la crisis la paguen los capitalistas” posteriores al estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en 2008. Y constantemente está en las conversaciones, blogs y documentales la idea de que “el sistema capitalista está en crisis”.

Algo de cierto hay en esa afirmación: el sistema está en crisis. Pero… ¿ese sistema es el Capitalismo? La situación actual apesta más a corporativismo, fascismo y socialismo que a capitalismo laissez-faire.

Alberto Benegas Lynch indaga en el asunto:

Izquierda Desunida

Te pongo la foto de la Izquierda, a la derecha del post.

“[…] Veamos las diez recomendaciones que constituyen los pilares políticos del marxismo. Sin ánimo de analizarlos y criticarlos aquí, solamente señalemos los correspondientes capítulos:

Primero: reforma agraria, la cual apunta a la expropiación directa pero admite pasos sucesivos, principalmente a través de la política fiscal e incluso la cambiaria. La política cambiaria puede aparecer como de relación remota con la reforma agraria pero, igual que que las llamadas retenciones e impuestos a la exportación, al reducir el valor del producto exportado se perjudica principalmente a los productores marginales, con lo que se achica la frontera agropecuaria.
Segundo: el establecimiento de impuestos progresivos.
Tercero: impuesto a la herencia, apuntando finalmente a la abolición de la misma.
Cuarto: ejercer opresión sobre los disidentes del régimen a traves de los más diversos canales y procedimientos.
Quinto: centralización de la moneda y el credito en manos de un banco nacional.
Sexto: estatización de empresas, con prioridad en las áreas de comunicación y transporte. El séptimo y el noveno puntos se refieren a la planificación de las áreas agricola y manufacturera (industrial).
Octavo: establecimiento de ejércitos industriales (sindicatos), sobre la base de la adhesión obligatoria.
Décimo: educación pública, obligatoria y gratuita.

Si analizamos estos diez puntos del Manifiesto Comunista observamos que, en mayor o menor grado, todos los países del mundo libre los han llevado a la práctica. He ensayado ante diferentes auditorios la lectura de ese decálogo —sin decir que se trata del Manifiesto Comunista— e indagado acerca del origen del documento. En muchos casos, tanta es la infiltración marxista y tal es la dosis de socialismo adoptado, que aquellos puntos aparecen como la plataforma de un partido político “moderado”. Sin embargo, se trata —nada más y nada menos— de los consejos del marxismo para producir el colapso de la sociedad libre. Éste es el corazón del marxismo. Es la receta en cápsula, y no podemos decir que Marx y Engels no eran marxistas.”

– Alberto Benegas Lynch, Liberalismo para liberales, Editorial Emecé, 1986.

Que la crisis la paguen los que la generaron; es decir: políticos, banqueros, lobbystas y empresarios amigos del poder.

Fascismo Nacional y Popular

De este tema ya se habló muchísimo en el blog (ver «Fascismo Inconsciente» y «Carta a mis amigos progres…» ), pero nunca está de más volver al tema para dejarlo bien en claro.

Perón era fascista. En sus viajes a Europa estudió el fenómeno, lo suficiente como para saber que el poder político se podía construir desde la Secretaría de Trabajo, cargo que pidió explícitamente al participar del golpe de Estado que derrocó a Ramón Castillo en 1943. Por algo son tantas las similitudes entre la «Doctrina» justicialista y la Carta del Trabajo Italiano.

Aunque, aclaremos algo: Perón no fue realmente el culpable, sino que montó el aparato electoral justicialista sobre el Estado Corporativista-Fascista instalado en la década del ’30 (los pilares: abandono del patrón oro y adopción del patrón aire, creación del Banco Central, instauración del impuesto a las ganancias).

A continuación, un extracto del documental «Permiso para pensar» (1989), dirigido por Eduardo Meilij.
Todo el documental es imperdible, por la particularidad de ser una recolección y compaginación de propaganda y de noticieros de la época del primer Peronismo, a fin de que el espectador saque sus propias conclusiones. Está completo en su web oficial, o en videos de YouTube desde este post.

Este fragmento en particular fue para mí lo más chocante de todo el documental.

«Nosotros tenemos en este momento casi 4-5 millones de estudiantes… de gente que estudia. Que si no votan hoy, votan mañana, no hay que olvidarse.

Tenemos que irlos convenciendo de que hagan la escuela primaria. Yo le agradezco mucho a las madres, que ya le enseñan a decir «Perón» antes que decir «papá». Es ya demasiado eso, pero…

Para la primera parte de esta acción individual es imprescindible el adoctrinamiento. La escuela primaria constituye entonces el primer escalón de captación y del adoctrinamiento de la futura ciudadanía al movimiento justicialista. Esta exigencia impone al personal de preceptores, maestros y profesores una profunda identificación con los postulados de la doctrina, a fin de que la juventud, al iniciarse en el estudio de los derechos ciudadanos, se encuentre identificada con la doctrina nacional.»

– Juan Domingo Perón

Fuente: http://www.permisoparapensar.com.ar

Que siga el show

¿Para qué sirven las elecciones? Creo que la primera respuesta que se me viene a la cabeza es que las elecciones sirven para mantener el statu quo y que la gente viva la ilusión de que puede ser participe de un cambio, de influir en las decisiones que toman los que están al mando, y que de ellos depende el futuro. Una gran mentira.

No hay mejor ejemplo para demostrar eso que los comicios que se llevarán a cabo en pocas horas, este domingo, a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.  Si alguno me pregunta sobre las propuestas de los tres candidatos con mayor posibilidades de ganar, debo decir que de Macri ni siquiera tiene propuestas en su sitio web(pero ya sabemos que propone: aumento de impuestos, de regulaciones, legislación paternalista, etc.). Filmus y su síntesis de propuestas es un claro ejemplo del mito de la omnipotencia del estado, él al ganar la elección se convertirá en un superheroe y podrá resolver todos los problemas, lo único que hacen falta son más leyes y más ministerios. O por lo menos eso es lo que dicen sus propuestas. Pino Solanas, con sus 100 propuestas para la Ciudad, probablemente sea el candidato mainstream mas estatista de todos, tutto nello stato.

Los candidatos: todos iguales.

En definitiva, toda alternativa presenta en mayor o menor medida, un modelo donde se cree que con intervencionismo se pueden resolver todos los problemas que tiene la Ciudad, cuando en realidad, es la causa de los problemas.

¿Y qué queda para el resto? El candidato que según esta nota de Página/12 «se reivindica liberal», Ricardo Lopez Murphy, plantea sus propuestas sobre 9 temas diferentes. Desconozco que significa para Lopez Murphy ser liberal, sus propuestas, al igual que la de los otros candidatos analizados, ponen en el centro de la resolución de todos los problemas a la acción estatal, desde la financiación de forma arbitraria a determinadas expresiones culturales, hasta ofrecer créditos por costos debajo de la tasa de  mercado (ya sabemos las consecuencias de esto) . En definitiva, «el liberal» propone el mismo programa ofrecido por Filmus, Solanas y el que Macri esta ejecutando.

Pero ojo, como suelen decir, esta vez va a salir bien.

Las elecciones a jefe de gobierno, mejor dicho: las elecciones en general, no dan la posibilidad  de elegir entre alternativas diferentes. Si bien los distintos candidatos se critican en público, es todo parte de un circo. Sus programas políticos y sus ideas de cómo se debería gobernar son muy similares entre sí. Es que la democracia es algo más similar a un sistema para la perpetuidad del statu quo, y no una herramienta de cambio. La democracia, como decía Churchill, es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos los sistemas políticos restantes. Mi esperanza: dejemos de conformarnos con lo menos peor, es hora de merecer algo mejor.

Addendum: El Cronista expone de manera sucinta las ideas económicas de los tres candidatos, que en su esencia, son de la misma naturaleza.

Todo bajo control

Las elecciones presidenciales que se avecinan en Argentina parecen despertar la esperanza de muchos respecto de un giro en la política económica del país. Aquellos que no viven en la Argentina del INDEK, entienden que existen graves problemas producto del modelo K, que con un leve desmejoramiento de las condiciones internacionales (precios de commodities altos y tasas de interés baja) puede entrar en ebullición.

Sin embargo, desconozco cuál es el hecho esperanzador que perciben aquellos entusiasmados con las elecciones presidenciales.

En esta nota de iprofesional.com, sobre la visión de la «oposición» respecto de la economía, acertadamente menciona la «paradoja del discurso único.»  No se trata en verdad de una paradoja, más bien  es el sistema bajo el que hemos vivido desde tiempos inmemoriales. El modelo, por lo menos desde el punto de vista económico,  entre oficialismo y oposición es el mismo.  Esto es fácilmente demostrable.

En abeceb.com presentan la opinión de los candidatos sobre los temas económicos más trascendentes:

Uno de los principales focos de discusión es el aumento de los precios: todos los opositores están de acuerdo con que es necesario reducir la inflación. Alfonsín expresó que es un factor de generación de pobreza, y que es posible bajarla sin que ello “enfríe” la economía. Hermes Binner tiene una opinión similar, pero también se ha expresado a favor de acordar con los distintos sectores de la economía para hacer converger la tasa de crecimiento de los precios a un dígito, aunque aclaró que esto solo sería posible en 2 o 3 años. Elisa Carrió comparte con esta visión: según ella, hay que convencer a la sociedad de que es posible lograr un sendero descendente de la inflación, hasta llevarla a un rango entre el 2% y el 6%. Pero aclara que “hay que sacarla el sesgo inflacionario a la política fiscal”, dado que “el gasto público creció a niveles altísimos”. En esto último también hizo hincapié Eduardo Duhalde.

La otra cuestión importante es la del tipo de cambio. Aquí, las posturas se muestran más divididas. Alfonsín y Duhalde son partidarios de tener un tipo de cambio alto para garantizar la competitividad de la industria local, pero no quieren devaluar en el contexto inflacionario actual. Carrió, en cambio, se mostró a favor de un peso más competitivo, al igual que Binner. Aunque este último hizo un fuerte hincapié en que no desea mantener libre al dólar, ya que coincide en que el peso se apreciaría como lo está haciendo el real brasileño.

No creo que falte agregar mas nada para demostrar que todos los candidatos tienen una visión similar sobre la economía, absolutamente todos creen que pueden controlar las variables económicas a su gusto, y evitar la Ley de Consecuencias Imprevistas. Unos en un sentido y otros en otro, todos tienen la seguridad de que hay que enfriar la economía, profundizar el modelo, celebrar acuerdo de precios, lo que sea, pero algo hay que hacer. El modelo económico dirigista vive en cada uno de los candidatos.

Mientras la gente no siga creyendo que los políticos tengan todas las respuestas, y mientras no haya una propuesta política que deje de lado la creencia de que el político es omnipotente y de que tiene poderes sobrenaturales, el camino de este país será siempre el mismo.

Por suerte, otra cosa se está gestando.

Cedemos

La última novedad proveniente la legislatura de la Provincia de Buenos Aires es  proyecto de ley que en obliga a los countries a ceder el 10% de sus tierras o compensar económicamente al estado provincial en reemplazo de la cesión de tierras estipulada. Más claro lo explican acá:

La propuesta contempla que los barrios cerrados, countries, cementerios privados y emprendimientos de grandes superficies comerciales (superiores a 5000 metros cuadrados) deberán ceder un 10% de sus terrenos -o el equivalente de esa superficie en pesos- en favor de los municipios, que deberán destinarlos a la construcción de viviendas sociales.

También incluye nuevas exigencias para countries y barrios cerrados: por ejemplo,incrementará la presión fiscal sobre terrenos baldíos inutilizados. Estos impuestos se destinarán a construir urbanizaciones sociales desarrolladas por los municipios.

El plan prevé, también, el cobro de una plusvalía cuando se modifiquen los usos urbanísticos. Por ejemplo, un lote situado en zona rural que cambie su estatus a zona residencial tendrá que pagar fuertes impuestos a los municipios.

Iba a hacer un comentario al respecto, pero uno de los promotores de la iniciativa me ganó de mano:

«Puede sonar comunista. Pero sólo estamos modernizando una ley de 1977, votada (sic) durante la última dictadura», informó Gustavo Aguilera, administrador general del Instituto de la Vivienda, tal como publica el diario La Nación.

El razonamiento de Aguilera para llegar a la conclusión de que este proyecto no es comunista, es el siguiente: la última dictadura era neoliberal [1] que impuso el mercado libre y se opuso a la intervención gubernamental, el decreto original que proponía algo similar a esta propuesta fue promulgada durante la última dictadura, en consecuencia:  la ley está mas cerca de ser neoiberal por ende favorable a un mercado libre de intervención gubernamental.

Aguilera debería chequear sus premisas.

Respecto del proyecto en si, una nueva iniciativa donde el gobierno impone el cumplimiento de los compromisos que asume sobre los demás. Expropiando tierras, o exigiendo una extorsión para evitarlo, no resolverá el problema habitacional, han tenido dinero de sobra para hacerlo, y no lo han hecho. Además es inconcebible que la solución sea mediante el atropello a los derechos de los demás.

El problema habitacional se resuelve  con un sistema bancario donde la gente confíe sus ahorros (y un sistema donde la moneda no pierda valor por la voracidad gubernamental), desmantelando un el estado de bienestar malestar que desincentiva el ahorro, y respetando el cumplimiento de los contratos. Mientras tanto predominará la ley de la selva, y la guerra de pobres contra pobres promovida desde todos los sectores políticos.

[1] Sobre el neoliberalismo: acáacá.

Cristina Narciso

Este post sería de mas fácil lectura si los responsables de subir la transcripción de los discursos a la web hacen su trabajo.

El último día del año tenía un post pensado para despedir el 2010 y darle la bienvenida al 2011, lo dejamos para dentro de un rato. Sobre lo que sí trata este post es sobre el saludo de fin de año de CFK. No suelo enfocarme en criticar a políticos determinados porque el problema no es la persona sino la estructura que ocupa esa persona y lo que cree que es posible hacer desde ahí, pero como es el último dia del año y el discurso me resultó molesto, vamos a hacer una excepción.

El DSM-IV es la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, un documento editado por la Asociación de Psiquiatría Americana donde se encuentra bien descripto los diversos trastornos mentales. Existen muchos de ellos, sin embargo hay uno en particular que esta presente, en diversas intensidades, en todos los jefes del poder ejecutivo, el narcisismo.

El DSM-IV nos dice lo siguiente acerca de este trastorno:

Un patrón general de grandiosidad (en la imaginación o en el comportamiento), una necesidad de admiración y una falta de empatia, que empiezan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:

1. tiene un grandioso sentido de autoimportancia (p. ej., exagera los logros y capacidades, espera ser reconocido como superior, sin unos logros proporcionados).
2. está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios.
3. cree que es «especial» y único y que sólo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) que son especiales o de alto status.
4. exige una admiración excesiva.
5. es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas.
6. es interpersonalmente explotador, por ejemplo, saca provecho de los demás para alcanzar sus propias metas.
7. carece de empatia: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
8. frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él.
9. presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbios.

Este desorden, que afecta fuertemente a la presidenta, queda en evidencia en mensajes como los de ayer, en el saludo de fin de año difundido ayer mediante la cadena nacional (un buen tema para algún post futuro).

CFK cuando se vestía de colores, antes de adoptar el papel de viuda compungida eterna.

Ni bien comienza el discurso sale a la luz la primer carácteristica que enumera el DSM-IV respecto del narcisismo. El grandiosos sentido de autoimportancia se expone a la hora de mencionar  todos «sus logros históricos «, cuando un análisis objetivo de la realidad  demuestra que más que gracias a su gestión, se dieron a pesar de su gestión.  En cambio, otros supuestos logros, son en realidad  signos de preocupación, como por ejemplo la explosión del consumo (un indicativo de que nadie apuesta al largo plazo, o como se dice popularmente «pan para hoy, hambre para mañana).

Después de enumerar los records habidos y por haber, pasa a hablar del plano personal.  ¿Es realmente necesario que mencioné como fue este año para ella? Su vida personal es poco importante como para que sea necesario mencionar algún aspecto de ella en una cadena nacional y encima que lo haga auto-referenciandose. No fue votada por tener una excitante vida personal de la que estamos ávidos por conocer, de eso estamos seguros.

Más adelante destaca el «esfuerzo colectivo de todos los argentinos», como responsables del crecimiento del país, ahí tiene razón, o en parte. Es el esfuerzo individual de cada uno de los argentinos para poder evadir controles gubernamentales, regulaciones, e impuestos, los que logran que la economía todavía mantenga cierto dinamismo, el esfuerzo es para saltear las trabas que pone el gobierno a la generación de la riqueza, y no un esfuerzo destinado a seguir las directivas de la Viuda en Jefe.

A la hora de dar lastima es cuando se introduce la parte más preocupante del discurso, el comienzo del proceso de

deificación de Nestor Kirchner al que se hace alusión de la siguiente manera «en algún momento cuando esten brindando en sus casas a las 12, les pido que se acuerden de él, porque él tuvo mucho que ver, puso mucho de su fuerza, de su vida personal y familiar […] me comprometo a redoblar el esfuerzo como lo hacía él«. En ese momento el discurso se puso verdaderamente místico. Un veradero culto a la personalidad donde el ex-presidente recién fallecido se convierte en un ejemplo a seguir, y su presencia es recordada a cada momento.

Lo peligroso de esto, no es solo una radicalización en el personalismo (que ahora se transforma en un culto a la personalidad), sino que la deificación de figuras políticas (sea Perón, Alfonsín, Ilia, o quien sea) obliga a abandonar un debate racional basado en argumentos lógicos y lo lleva al ámbito de lo paranormal (y allí es donde estamos estancados hace 70 años).

Un comentario final y una sugerencia. Es insoportable el tono y las expresiones de CFK a la hora de hablar, nos trata como si todos fuesemos Sam, y además debería leer los discursos o usar un teleprompter para poder expresar de manera clara, precisa y concreta una idea.

Los deseos para un «muy muy mejor» (CFK dixit) 2011, en el próximo post.

El mito de la ausencia del estado

Cada preocupación de la sociedad que se convierte en el centro de la agenda política de la semana tiene un responsable. Ya sea la inflación, la desocupación, las drogadicción, la falta de viviendas, etc. el responsable es el mismo. Políticos y periodistas de todos los colores señalan al «estado ausente» como la causa de esos, y todos, los males.

La toma del Parque Indoamericano, y las sucesivas tomas en otros puntos del país se dieron debido a que el «estado estaba ausente» en materia de política habitacional, dicen los periodistas.  El problema del narcotrafico que se agrava cada vez más y más, acá y en el mundo, sigue existiendo por la «ausencia del estado», consignan los expertos. La inflación se dispara por la misma causa, y los desempleados que siguen desempleados son por la «ausencia del estado», es la creencia popular.

Estos diagnósticos, por supuesto incorrectos, nos dan un indicio de la miopía de políticos y periodistas que luego es contagiada a la sociedad en general. Es evidente que esta miopía no se debe a la ignorancia, si no a una cuestión estratégica: «si el estado estaba ausente y ocurrió X, cuando yo maneje el estado lo voy a resolver». Quiero decir, los políticos se presentan como salvadores, y creen que la política puede salvar a la gente, lo que falta, dicen, es la persona adecuada.  Sin embargo esta estrategia trajo consecuencias nefastas, porque la población en general se comenzó a creer que el estado es una especie de dios que todo lo puede, y el problema es que los políticos a cargo son ineptos, «el sistema funciona pero hay que encontrar a la persona apropiada» ,piensan .

Ahora bien, señalar la «ausencia del estado» como causa de todos los males es una postura que se basa en una mentira, no tiene ningún asidero, porque el estado está y estaba más presente que nunca, tan presente que se naturalizó esa presencia y no se lo notaba. El reclamo de siempre no es por un estado presente, es por más estado del que había antes.

Ya lo dijimos con el derrumbe de Villa Urquiza, y un análisis similar se podría hacer con todos los demás temas, como el estado está presente. Es el parte del problema y no de la solución.

La inflación es fruto de las políticas del estado de expansión monetaria, y no  la «falta de políticas anti-inflacionarias», el aumento del narcotrafico y la violencia relacionada con drogas no se debe a que el estado no las combate con la vehemencia suficiente, si no a que lo combate y logra que las mafias se hagan cargo del negocio,  el problema habitacional no se debe a que el estado no construyó suficientes casas (no debería porque hacerlo), mas bien es difícil acceder a una vivienda por que desde el estado se arrasó con la confianza en el  sistema bancario y generaron rechazo en los ahorristas, y en consecuencia en un descenso del crédito disponible, que hoy en materia hipotecaria es inexistente. El desempleo no se explica porque el estado no creó los suficientes puestos de trabajo (el estado no puede crear empleo, solo transferir recursos de un sector a otro) más bien el desempleo se debe a las leyes laborales anti-democráticas, copiadas del estado mussoliniano, y a la falta de inversión en la Argentina, producto de la presencia constante  del estado  en todos los ambitos.

En conclusión, atribuirle facultades mágicas o típicas de los dioses al estado genera dos problemas: por un lado empeora los problemas actuales que se deben a la intervención estatal, cuando se cree que el estado está ausente, por el otro una sociedad de personas pasivas, en su mayoría meros observadores, que abandonaron cualquier intento de pensar, y optaron por someterse a lo que diga uno u otro político, renunciaron a ser dueños de su vida y de su destino, de reclamar el fruto de su trabajo, su derecho a decidir que camino tomar en la vida, y optaron por entregarles su vida, su libertad y propiedad, para que intenten resolver por ellos los problemas que tienen.

El mensaje es simple:

Ante el fracaso del estado, ¿por qué no intentar con más libertad?

Ante el fracaso del estado, ¿por qué no intentar con más libertad?

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