Competitividad

De Mendicurren y el resto de los prebendarios de la UIA están llorando, por lo menos cuando el mic está en OFF, por una nueva devaluación, porque parece ser que los productos argentinos «dejaron de ser competitivos».

¿Qué significa «dejar de ser competitivo»? Significa que la diferencia entre los precios (en este caso en el mercado internacional) y los costos se redujo ampliamente, por lo cual ya no conviene fabricar esos productos. Por un lado, la inflación tiró los salarios en dólares por las nubes, por otro lado, muy poco se invirtió en maquinaria y tecnología para mejorar la productividad por empleado (bajando así los costos). Un tercer factor es que Brasil tocó un poquito el Real, devaluándolo, así que les conviene menos consumir productos importados.

DeMendicurren

DeMendicurren: "Así de grande es el toco que me estoy afanando".

Una devaluación termina castigando siempre a los trabajadores a lo largo de toda la cadena de producción y servicios, ya que las materias primas suelen tener precios de Commodity. Lo que estos señores hacen al devaluar, en definitiva, es BAJAR LOS SUELDOS. Tal vez en un tiempo corto no parece, porque varios productos mantienen su precio en pesos, pero a la larga, todos los precios se ajustan a su valor real (lo venimos viviendo desde la hiper devaluación y la subsiguiente inflación, a la que le metieron esteroides con una zarpada emisión monetaria).

¿Hay alguna forma de recuperar «competitividad» sin tocar el tipo de cambio y los sueldos que perciben los empleados? Digo, una que no sea la (¿revolucionaria?) idea de invertir en bienes de capital para producir más, mejor y más barato.

Hay una forma, una forma casi mágica de recuperar, con un solo pase, alrededor de un 25% de «competitividad».

Este es un secreto que la mayoría de las personas que labura en relación de dependencia no sabe, porque les es ocultado mes a mes. Se trata de las famosas «cargas patronales». Por cada empleado en relación de dependencia el empleador tiene que poner un 23 a 27% más que el sueldo bruto del empleado, en concepto de «cargas patronales», que se lo lleva el queridísimo estado (¿para qué lo quiere?, preguntarán ustedes, si ya se afana un toco con IVA, Ganancias, Impuesto Inmobiliario, Impuesto Inflacionario…bueh, pasa que la plata nunca alcanza).

A cada empleado, además, se le descuenta del sueldo bruto el Impuesto a las Ganancias y un 17% más para las cargas patronales que van por su cuenta (si, ¡patronales pagamos todos!).

¿Cuánto más «competitiva» sería la industria argentina si no hubiese que pagar todas esas cargas al trabajo? Dado que a los muchachos de la UIA les preocupa tanto ese tema y son tan amigochos de todos los gobiernos de turno ¿por qué no les proponen que eliminen por lo menos una parte de las patronales? Ni hablemos de ganancias.

Argentina es «poco competitivo» por el alto componente fiscal que existe en todos los ámbitos de los negocios (estoy incluyendo la inflación acá) y por las pocas ganas de competir que tienen los muchachos de la UIA y todos los Lumigarco que hay dando vueltas.

Es fácil: paren de afanarle a los trabajadores. Paren de afanar por cinco minutos al que produce.