Un vistazo a los derechos

El abuso de la palabra «derechos» para denominar a cualquier exigencia social por parte de los que exigen la satisfacción de esas demandas, los medios y los políticos sólo genera confusión y degenera el significado de lo que es un derecho. Antes que nada quiero dejar algo bien en claro, que tener una casa, o alimento todos los dias, no sea un derecho no quiere decir que no sea una situación deseable. El problema de crear derechos frente a una necesidad, es que la no satisfacción de ese supuesto derecho deja de ser una situación indeseable o lamentable y se convierte en una «injusticia»  y para remediarla se apela a la llamada «justicia social», que en la práctica se puede observar mediante la transferencia violenta de recursos del sector privado al sector estatal para que luego este último decida como redistribuirlos.

Esta confusión tan importante es uno de los pilares del paradigma populista y por eso para debilitarlo no sólo es necesario demostrar como esa redistribución termina siendo perjudicial para el que iba a ser beneficiado sino como ciertas demandas nunca pueden ser derechos y la defensa de estas posiciones implica la defensa de la utilización de medios inmorales para intentar alcanzar los fines propuestos.

El siguiente texto es una pequeña introducción a los derechos desde un punto de vista liberal:

Un derecho es un reclamo universalmente defendible.

Por ejemplo, cuando digo «toda persona tiene derecho a su cuerpo.» lo que estoy verdaderamente dando a entender es: «todo el mundo tiene un derecho universalmente defendible a su propio cuerpo».  Y lo que estoy queriendo decir con eso es que es «una proposición lógicamente coherente decir que todos los seres humanos en todos los lugares en cualquier momento que es agredido tienen un derecho a hacer valer la propiedad sobre sus propios cuerpos frente al agresor».

Se trata de una proposición lógica coherente y por lo tanto una proposición completamente válida. No se enfrenta a contradicciones internas. Esto funciona exactamente de la misma manera con la proposición «tengo derecho a mi propiedad».

Con este método también podemos probar fácilmente proposiciones tales como «la salud es un derecho humano fundamental». Esta proposición, leída con mayor precisión, intenta decir lo siguiente  «todo ser humano enfermo tiene derecho a los recursos de otro ser humano para curar su propia enfermedad». Esto podría traducirse en: «todos los seres humanos enfermos tiene un derecho universalmente justificable a los recursos de otro ser humano para curar su propia enfermedad». O se podría decir que «todos los seres humanos enfermos pueden hacer valer de manera universal y violenta sus derechos a los recursos de otro ser humano para curar su propia enfermedad».

Esta proposición, a diferencia de las primeras,  se enfrenta a varios desafíos importantes:

  1. Al introducir la palabra «enfermo», uno ha abandonado el reino de la universalidad. Decir que «sólo un ser humano enfermo tiene un derecho universalmente justificable …» es una declaración inherentemente contradictoria. Un criterio universal significa  que es aplicable a todos los seres humanos en todo momento y en todos los lugares, no sólo para ciertos humanos con ciertas condiciones.
  2. Otro problema es que ya hemos demostrado anteriormente que todo ser humano tiene derecho a su propiedad y, en particular a su cuerpo. Incluso si la introducción del término «enfermedad» era válida, la proposición anterior no se sostiene, ya que es lógicamente contradictorio decir que una persona tiene el derecho de su cuerpo y su propiedad, pero al mismo tiempo otra persona  tiene derecho al cuerpo de esa misma persona o sus bienes. Así pues, para seguir con la proposición que nos ocupa, primero habría que refutar la validez de la, hasta ahora valida,  teoría de la auto-propiedad y los derechos de propiedad.
  3. Otra posibilidad sería la de eliminar el término «enfermo» de la propuesta con el fin de recuperar su universalidad. Pero el problema con esto sería que la proposición sería «todo ser humano tiene un derecho universalmente exigible sobre la propiedad y partes del cuerpo de otra persona». Esta propuesta, sin embargo, es equivalente con la del robo, que sufre de contradicciones lógicas internas.  Si uno tenía un derecho exigible sobre la propiedad o el cuerpo de otro que podría ser ejercido de manera violenta, entonces esta persona nunca tendría un derecho defendible sobre los bienes obtenidos, sin embargo el único objetivo de robar era afirmar la propiedad sobre esos bienes, de esta manera la proposición es invalida.

Sin duda, la invalidez moral de la afirmación de que hay un derecho a la salud exigible de ninguna manera desalienta a la validez de otras proposiciones éticas posibles, que no impliquen el uso de la fuerza para cumplir dicho objetivo, por ejemplo «es universalmente preferible a aliviar el sufrimiento de las personas que lo necesitan».